martes, abril 23, 2024

Cataluña y la formación del nuevo gobierno calentaron el debate en España

Los candidatos del PP y Ciudadanos apuraron a Pedro Sánchez por el posible acuerdo con los independentistas. Pablo Iglesias le pidió que defina si negociará con Podemos o Rivera.

A cinco días de las elecciones generales en España, los cuatro principales candidatos se vieron las caras en el primer debate televisivo que estuvo marcado por la tensión sobre el intento independentista de Cataluña y los posibles acuerdos para la formación de un nuevo gobierno.

El debate de este lunes en RTVE tuvo varias particularidades. Se dio tras varios tires y aflojes entre los candidatos, que terminaron con la insólita decisión de que haya dos debates en dos días: el segundo será este martes en Atresmedia. Otro detalle es que no contó con la participación de Santiago Abascal, el líder del ultraderechista Vox, la fuerza que podría ser clave en la conformación del nuevo gobierno. Vox fue excluida por no tener representación parlamentaria, lo que fue duramente cuestionado por sus dirigentes. La Junta Electoral también le impidió participar del segundo debate.

De todos modos, la sombra de Vox sobrevoló el debate. En su intervención inicial del actual presidente, el socialista Pedro Sánchez, que planteó la disyuntiva de si los españoles quieren un país que “siga avanzando o retroceda”, en referencia al auge de la fuerza de ultraderecha. Según las encuestas, en caso de que el PSOE no forme gobierno, el derechista Partido Popular y los liberales de Ciudadanos necesitarían acordar con Vox para hacerlo, lo que enciende alarmas en España y Europa por las exigencias que impondría Abascal, algo que ya hizo en Andalucía.

Tanto Pablo Casado, el candidato del PP y principal líder de la oposición, como Albert Rivera, de Ciudadanos, evitaron ese debate y prefirieron centrar los dardos contra Sánchez por la posibilidad de que necesite los votos de los partidos independetistas de Cataluña y el País Vasco para poder mantenerse en el gobierno con los izquierdistas de Podemos, que estuvo representado en el debate por Pablo Iglesias.

“La unidad de España está en riesgo por Sánchez. Los que quieren romper a España tienen a Sánchez como su candidato favorito”, lo atacó Casado. “¿Queremos que el futuro de España siga estando en manos de quienes quieren liquidar a España?”, se sumó Rivera, que mostró una foto de una reunión de Sánchez con el líder separatista catalán Quim Torra.

El líder del PSOE volvió a decir que está en contra de la secesión de Cataluña, pero se mostró abierto al diálogo. “No va a haber ni referéndum de independencia, ni independencia, ni se permitirá la quiebra de la Constitución”, afirmó el mandatario. Iglesias lo respaldó: “España es plurinacional y la convivencia no se puede recuperar con agresividad”.

El referéndum sobre la independencia realizado en Cataluña en octubre de 2017 y la fallida declaración secesionista siguen marcando el pulso de la política española. Casado y Rivera desafiaron a Sánchez a comprometerse a no indultar a los líderes del “procés” que están siendo enjuiciados en plena campaña. El presidente se limitó a decir que hay que esperar la sentencia. Los candidatos derechistas coincidieron en que el socialista ya prometió el indulto a cambio de los votos para seguir en el poder.

Sánchez llegó al poder con los votos de los catalanes y vascos, pero luego ese acuerdo se rompió cuando el presidente evitó entablar algún tipo de negociación sobre la independencia en Cataluña. Sin ese respaldo, el líder del PSOE tuvo que convocar a elecciones y si las encuestas aciertan los pronósticos de las elecciones del domingo, es muy posible que necesite nuevamente sus votos para seguir en el gobierno.

El caliente debate sobre Cataluña marcó en los hechos los bloques de izquierda y derecha que llevan el pulso de la política española. Sánchez e Iglesias se mostraron en la misma línea, aunque el líder del PSOE ha evitado durante la campaña decir si buscará un acuerdo con Podemos para formar gobierno en caso de ganar las elecciones, como todo indica que sucederá. Iglesias se lo reprochó y dijo sentirse decepcionado porque su actual socio no define con quién buscará un acuerdo.

Es que Sánchez no le cierra la puerta a un acuerdo con los liberales de Ciudadanos, que podrían evitarle tener que negociar nuevamente con los independentistas. El socialista le reprochó a Rivera que le haga a él un “cordón sanitario” pero no a los ultraderechistas de Vox. El líder de Ciudadanos dijo que pretende un acuerdo con Casado y “prefiere” no tener que sumar a Vox.

El presidente recordó la “foto de Colón”, una manifestación contra la independencia de Cataluña que unió a los líderes del PP, Ciudadanos y Vox. Fue una especie de unidad en acción de las tres derechas, que el socialista utilizó para alertar sobre la llegada al gobierno de la fuerza de Abascal.

Sin ganadores claros en el primer debate, los candidatos se jugarán este martes una de sus últimas fichas para torcer las tendencias que marcar las últimas encuestas, que coinciden en la posible del PSOE, pero no despejan las incógnitas sobre la amplitud de ese triunfo o sobre posibles mayorías de Gobierno.

El conjunto de sondeos divulgados por los medios españoles entre el domingo y el lunes coincide en que el PSOE quedaría en primer lugar, con entre un 28 y un 31,5 % de los votos, y entre 115 y 139 diputados (actualmente tiene 85), sobre un total de 350 miembros del Congreso. Con esos números Sánchez necesitarán pactar para poder asegurar una mayoría de gobierno y muy posiblemente no le alcance con el aporte de Podemos, que retrocedería fuerte en el Congreso.

Los sondeos muestran que será incluso más difícil que los tres partidos de derecha consigan suficientes votos para formar un gobierno. No obstante, el alto número de indecisos y la incertidumbre sobre hasta dónde llegará el crecimiento de Vox mantienen el misterio sobre el futuro del gobierno español.

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