viernes, abril 26, 2024

Congreso post-PASO: furia contra Massa acelera sangría en FR

El diputado nunca tuvo en cuenta a los aliados de la otra cámara. Los dejó solos en debates contra el Ejecutivo y ni siquiera los sumó a la campaña.

Después del cómodo tercer puesto en las PASO del domingo último en la provincia de Buenos Aires, el serpenteante líder del Frente Renovador, Sergio Massa, recibió ayer respuestas concretas a su despreocupada política de alianzas: comenzó la sangría del raquítico interbloque UNA en el Senado.

La advertencia partió del chubutense Alfredo Luenzo, quien mandó a sus voceros a anunciar el alejamiento del interbloque massista. Luego deslizó que no era oficial pero que se confirmaría después de las elecciones del 22-O. Debajo de la notificación de ayer aparece una realidad, y es la furia de tres legisladores contra Massa. Veamos:

Desde que los senadores Luenzo, Carlos Caserio (Córdoba) y Miriam Boyadjian (Tierra del Fuego) conformaron el interbloque, Massa no los acompañó en ningún proyecto. El primer indicio cuando el chubutense -que responde al gobernador peronista Mario Das Neves- impulsó un proyecto para disminuir de manera abrupta las comisiones que se cobran en las transacciones con tarjetas de crédito y débito.

La iniciativa fue votada el año pasado por unanimidad en el Senado y en Diputados se bloqueó luego de una picardía oficialista: Cambiemos impulsó otro texto y generó un tapón por el cruce de dos proyectos distintos.

En Diputados, el Frente Renovador se mantuvo al margen e incluso Massa fue recriminado por la CAME, que acompañaba a Luenzo en la iniciativa original del Senado. Luego, el tigrense apoyó el proyecto “tapón” que craneó Cambiemos para anular el debate, hoy arreglado de manera racional -aunque parcial, ya que el Congreso podría impulsar una ley- tras un acuerdo entre el Ejecutivo, los bancos y los emisores de las tarjetas.

A fin de 2016, el jefe del Frente Renovador viró de estrategia y se abrazó al kirchnerismo para votar la iniciativa sobre el impuesto a las Ganancias marca Massa-Kicillof-Bossio-Donda que mareó a sus aliados Luenzo y Caserio en el Senado, quienes responden a Das Neves y al gobernador Juan Schiaretti (Córdoba), respectivamente.

Ese proyecto tóxico para las delicadas arcas de las provincias fue noqueado días después gracias al freno de los gobernadores justicialistas y de su delegado premium, Miguel Pichetto, jefe de la bancada del FpV-PJ.

Curioso: Massa siempre prefirió juntarse con el rionegrino y puentear a sus aliados en esa cámara, a quienes “no les conoce ni el despacho”, según cuentan asesores. Desde el PJ siempre le pidieron “racionalidad” y le dejaron en claro que las negociaciones en Diputados no eran un “cheque en blanco” para votar cualquier cosa, algo que el tigrense no cumplió.

En los últimos meses, Massa desapareció de la discusión sobre los reembolsos patagónicos que desactivó Mauricio Macri vía DNU (ver aparte) y sobre el cuestionado Plan Patagonia anunciado con bombos y platillos por el Gobierno nacional. Esa batalla quedó en manos de Luenzo, quien sueña con armar una liguilla de senadores en el corto plazo para reforzar los pedidos ante Casa Rosada.

La sangría del interbloque en el Senado podría replicarse con algunos diputados luego del 22-O. De hecho, antes del cierre de listas para las PASO abandonó la bancada de diputados el líder gremial Héctor Daer, quien pasó a jugar con el exministro del Interior Florencio Randazzo. En esa cámara, el tigrense a veces se olvida de aliados importantes como el cordobés Juan Brügge, que también responde a Schiaretti.

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