jueves, marzo 28, 2024

Biden, elegido presidente de los EE.UU.

Un agónico recuento coloca al candidato demócrata por delante de los 270 delegados necesarios para ser proclamado

Joe Biden ha derrotado a Donald Trump. El candidato demócrata es matemáticamente el ganador de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, de acuerdo con la agencia AP y la cadena CNN . El agónico recuento del voto por correo y por anticipado emitido en Pensilvania ha dado finalmente la victoria al candidato demócrata, que con los 20 delegados del colegio electoral de su estado natal alcanza la cifra mágica de 270 que le abre las puertas de la Casa Blanca. Su actual inquilino, Donald Trump, se niega sin embargo a asumir su derrota y ha presentado un aluvión de recursos judiciales desesperados que sugieren una tensa transición presidencial.

Salvo obstáculos inesperados, Biden, de 77 años, se convertirá el próximo 20 de enero del 2021 en el 46º presidente de los Estados Unidos de América, el político más anciano al llegar al cargo. “Me siento privilegiado por la confianza que el pueblo americano ha puesto en mí y la vicepresidenta electa Kamala Harris”, ha dicho Biden en un comunicado tras ser proclamado ganador de las elecciones. “La campaña ha terminado, es hora de dejar atrás la ira y la retórica estridente y unirnos como nación. Es hora de que EE.UU. se una. Y se curen las heridas. Somos los Estados Unidos de América, no hay nada que no podamos hacer, si lo hacemos juntos”. La victoria demócrata tiene un componente emocional adicional para millones de personas: Harris es la primera mujer, negra además, en llegar a la vicepresidencia de EE.UU. La senadora por California está en primera línea para convertirse en la primera presidenta. Biden, que tendrá 78 años cuando tome posesión del cargo el próximo 20 de enero, ha dicho que se ve como un puente entre generaciones, un presidente de transición.

“Me presento como un demócrata orgulloso pero seré el presidente de todos los americanos”, ha dicho durante toda la campaña Biden. Su número dos, la senadora Kamala Harris, será la primera mujer y primera afroamericana en alcanzar la vicepresidencia de Estados Unidos. El reto que tienen Biden y Harris ante sí es mayúsculo. Biden hereda un país partido en dos, profundamente fracturado como ha quedado de manifiesto en las elecciones del martes, en plena pandemia que se tradujo en una caída del PIB del 32% en el segundo trimestre de 2020.

Diseñar y poner en marcha un plan nacional para coordinar la respuesta al coronavirus será la primera misión del demócrata, que estos días ya ha estado recibiendo briefings sobre ambos temas. Biden tendrá las manos atadas en muchos temas. El recuento no ha terminado pero se encontrará probablemente con un Senado controlado por los republicanos, que después de permitir a Trump seguir ampliado el déficit y la deuda a pesar de tener una economía en expansión, antes de la pandemia, ahora dicen que están deseando ponerla bajo control en la nueva legislatura.

Por primera vez en 20 años, los estadounidenses se fueron a la cama el día de las lecciones sin saber quién sería su próximo presidente. El enorme volumen de voto por correo emitido este año como consecuencia de la pandemia impidió que hubiera un resultado concluyente la misma noche electoral pero las victorias en Michigan y Wisconsin , confirmadas el miércoles por 50.000 y 20.000 votos respectivamente sobre Trump, abrieron a Biden varias rutas posibles para hacerse con la presidencia. Con millones de papeletas por contabilizar, cuando el recuento le favorecía, Trump se proclamó vencedor la misma noche electoral. Ayer, sin ninguna prueba de tan grave alegación, volvió a acusar a los demócratas de querer robarle las elecciones.

La victoria de Biden podría ser bastante mayor de lo que pareció durante las primeras horas del recuento. Finalmente, el demócrata ha hecho más de lo que se propuso hacer: ha reconstruido el ‘muro azul’, el color de su partido, y todo indica que ha ampliado su liderazgo a Arizona y Georgia, territorios que desde hace décadas votaban presidentes republicanos. La noche del martes, sin embargo, no único que estaba claro es que Trump había resistido mejor de lo esperado pero varios de los estados que entonces se pensaron que seguirían siendo republicanos han acabado en las filas demócratas.

Descartado en un primer momento debido a la gran cantidad de votos republicanos registrados el martes, el avance del recuento en el estado de Georgia abrió ayer una vía inesperada al candidato demócrata. El voto negro del área metropolitana de Atlanta ya colocado a Biden por delante de Trump pero la ventaja es mucho más estrecha que en Pensilvania y las autoridades estatales ya han anunciado que es probable que esté dentro del margen legal para hacer obligatoriamente un recurso. Quedan unos miles de papeletas por contabilizar pero es muy posible que Georgia, por primera vez desde 1992, se decante por los demócratas gracias a los esfuerzos de Stacey Abrams, fallida aspirante a gobernadora en el 2018, en registrar y activar votantes, siguiendo la estela del activista de los derechos humanos y congresista John Lewis, fallecido este año.

Hay más estados que podrían haberse inclinado por Biden, como Arizona. Aunque la carrera fue sentenciada por los medios a favor de Biden, el avance del recuento ha permitido a Trump recortar parte de la ventaja que le sacaba y no está claro quién será al ganador. Por último, Biden también va por delante en Nevada, donde necesitarán varios días más para completar el conteo de votos. Trump, en cambio, tiene opciones de hacerse con Carolina del Norte. Aunque derrotado, el presidente ha resistido mejor de lo esperado en muchos de los estados que hace cuatro años arrebató a los demócratas en parte gracias al voto obrero, desencantado con su viejo partido.

De confirmarse la victoria de Biden en todos estados pendientes, el resultado electoral sería idéntico en cifras pero con el signo político opuesto al del 2016: si entonces Trump obtuvo 231 delegados del colegio electoral y su rival demócrata, Hillary Clinton, 306, este año el desenlace podría ser de 306 para Biden y 231 para el republicano. Los márgenes de la victoria demócrata son ligeramente mayores a la del presidente hace cuatro años pero el desenlace ilustra el elevado grado de polarización del país.

Biden se postuló como el candidato mejor situado para recuperar a parte de esos votantes y reconstruir el ‘muro azul’, como se conoce a los estados demócratas del cinturón del óxido de EE.UU. El candidato se mantuvo fiel a su estrategia, ignorando a quienes le animaban a tratar de ampliar el mapa electoral demócrata apostando seriamente por Texas por ejemplo, donde el margen de derrota de los demócratas sugiere que no se equivocó. Biden ha conseguido su objetivo. Los estados de Michigan, Wisconsin y Pensilvania vuelven a ser azules y le han dado la victoria. Con más de 73,6 millones de votos, Biden es el candidato presidencial más votado de la historia de Estados Unidos, unos cuatro millones más de los obtenidos por el presidente Trump. El final del mandato del republicano no será el final del trumpismo: sus ideas y planteamientos pervivirán en millones de votantes, a los que el propio presidente intenta hacer creer que le han robado las elecciones.

 

 

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