El presidente de Brasil se aisló y no participó de las últimas teleconferencias regionales.
El Gobierno argentino cortó el diálogo con Jair Bolsonaro, que a raíz de su postura contraria a la cuarentena por el coronavirus aisló a Brasil de los canales institucionales del resto de la región de una manera inédita.
El gobierno de Alberto Fernández sólo mantiene la relación bilateral con gente del gobierno de Bolsonaro, puesto que Brasil sigue siendo el principal socio comercial de Argentina. Sin embargo, según explicaron a LPO en el Ejecutivo, ya no hay contacto con el presidente vecino.
Por su postura contraria a los cuidados de la pandemia que se adoptaron en todo el planeta, Bolsonaro atraviesa una crisis institucional que lo llevó a denunciar una conspiración de la Corte y el Congreso para destituirlo. Como anticipó LPO, los militares se apoyarán en el general Walter Braga Neto para llevar adelante la gestión más allá de los coletazos de Bolsonaro. El presidente consiguió echar al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, que había tenido el coraje para enfrentar su posición contraria a la cuarentena.
En el Gobierno notan con preocupación que Bolsonaro se encierra cada vez más con el correr de las semanas, tanto a nivel regional como a nivel global. Tras haber participado semanas atrás de teleconferencias del Mercosur y de Prosur, ahora Bolsonaro pegó el faltazo a las últimas dos teleconferencias que hicieron los países de la región.
La primera fue el pasado 16 de abril, cuando Brasil no participó de una videoconferencia de la Alianza por el Multilateralismo contra el Covid-19, convocada por Alemania y Francia, de la que participaron Argentina, Chile, Perú y México, entre otros países del continente. En tanto que este lunes 20 Brasil tampoco integró los “Diálogos para vencer al Covid-19”, una iniciativa para intercambiar experiencias entre los países iberoamericanos.
La tensión también se expande a otros de los socios del Mercosur. El ministro del Interior de Paraguay, Euclides Acevedo, disparó munición gruesa este martes contra Bolsonaro. “Ahora hay una presión ‘fraterna’ todavía por parte del Brasil, que quiere abrir sus fronteras”, dijo Acevedo.
“Son tan fraternos, que nos abrazan tan fuerte y casi nos llevan al paro respiratorio. Eso es un poco lo que pasó siempre”, agregó el ministro. “Nosotros siempre somos los tipos formidables y hospitalarios y a la hora de la verdad nos meriendan siempre”, se quejó Acevedo.
