El titular de la Cámara de Diputados trasmitió en la Casa Blanca y el Capitolio, la hoja de ruta que propone el Presidente para profundizar las relaciones bilaterales y presentó ante el Banco Interamericano de Desarrollo una alternativa jurídica para destrabar la compra de dosis en Estados Unidos
Sergio Massa cumplió en Washington la agenda que planificó a solas con Alberto Fernández. El titular de la Cámara de Diputados viajó a Estados Unidos para ratificar la intención política del Presidente de profundizar las relaciones bilaterales con la Casa Blanca, acelerar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y destrabar las negociaciones jurídicas con Pfizer por las vacunas contra el COVID-19.
Massa habló por celular y chateó por WhatsApp con Alberto Fernández durante toda su visita a Washington. Y durante una conversación que unió DC con Olivos, el diputado nacional ratificó al jefe de Estado que la Casa Blanca prevé su encuentro oficial con Joseph Biden.
Será antes de fin de año, y aún no está definido su modalidad. Si la pandemia aplaca su faena mortal, Alberto Fernández viajará a los Estados Unidos. En caso contrario, la reunión con Biden se hará por video conferencia.
El Presidente mantiene abierta la negociación con Pfizer, y Massa propuso una hipótesis de trabajo que involucra al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Alberto Fernández avaló esa alternativa y el titular de la Cámara Baja avanzó sin dilaciones con sus contactos políticos en el BID.
Pfizer exige al país un nivel jurídico de indemnidad que viola las normas básicas del Código Penal. Y en este contexto, el acuerdo entre la Argentina y la empresa farmacéutica se transformó en una pesadilla política que se repite una y otra vez.
Massa propuso en DC una diagonal jurídica que implica que el BID se haría cargo de los resarcimientos económicos que pagaría la Argentina, en caso de la violación de la indemnidad que exige Pfizer para vender su vacuna al país.
Alberto Fernández y las autoridades de Pfizer tienen firmado un acuerdo de confidencialidad. Ergo: no puedan dar un sólo detalle de la negociación para alcanzar un contrato de provisión de millones de dosis para enfrentar la segunda ola del COVID-19.
Ese contrato de confidencialidad prohíbe al Gobierno explicar que la negociación con Pfizer está trabada porque la compañía farmacéutica exigió un deposito millonario en dólares para garantizar el pago de resarcimientos por eventuales daños colaterales causados por su vacuna.
El Gobierno rechazó la exigencia del depósito propuesto por Pfizer y la negociación se estancó. Ahora Massa, con el aval de Alberto Fernández, propuso al BID que sea el garante financiero cuando Pfizer alegue indemnidad frente a los efectos no previstos de su vacuna.
Es decir: si hay una demanda contra Pfizer por los daños colaterales de su vacuna, la suma resarcitoria correría por cuenta del Banco Interamericano de Desarrollo. La propuesta de Massa ya es estudiada en DC, y antes de fin de mes podría haber un anuncio formal avalado por el directorio del BID.
La gira de Massa transcurría con placidez hasta que la Argentina se abstuvo de condenar las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura de Nicaragua. Esa inexplicable decisión diplomática fue muy cuestionada en DC, y el titular de la Cámara Baja debió utilizar toda su experiencia política para saltear esa error grotesco en política exterior y continuar con la agenda oficial diseñada junto al Presidente.
Desde esa perspectiva, Massa utilizó sus contactos en el Departamento de Estado y logró que Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro, abriera un canal oficial de diálogo con Martín Guzmán. Hasta ese momento, no había contacto formal entre el Tesoro -que maneja las decisiones del FMI- y el ministro de Economía.
A pocas semanas de concluir el período de gracia para pagar al Club de París – se deben 2.300 millones de dólares-, Guzmán y Adeyemo iniciaron un proceso de negociación por la deuda externa que se extenderá hasta después de los comicios de medio término. Ayer en DC, un influyente representante de la Argentina aseguró en una charla con amigos que la conversación entre Guzmán y el subsecretario del Tesoro había servido para acercar posiciones.
Cerca de la medianoche, Massa llegó en auto a Manhattan, adonde estará por 48 horas. Hoy tomará café con Jack Rosen, un líder muy poderoso de la comunidad judía, será orador en un almuerzo organizado por el Council of América, mantendrá reuniones con banqueros e inversores de Wall Street y protagonizará un cónclave con Bill Clinton.
